De entrada, parece que la profesión de artista y panadero no deberían ser muy diferentes…en ambas se puede crear desde cero, mezclar colores e incluso formas que se alejan de lo convencional. En realidad si que hay muchos puntos en común entre ambos mundos, y lo sé yo que estudié Bellas Artes y me dediqué a ello durante unos años.

Pero en la profesión de panadero interviene uno de los sentidos que son vitales para hacernos viajar: el sentido del gusto, del paladar. El pan que hagamos, si o si, tiene que estar bueno por encima de todo.

 

Recientemente colaboramos en un evento exclusivo que se hizo en la fundación Mies Van der Rohe con motivo del centenario de la Bauhaus. Se nos pidió pensar en un pan experiencial desarrollado junto a otro artista de una profesión totalmente distinta, Jordi Canudas. Diferentes secuencias gastronómicas creadas por grupos de trabajo (chefs, artesanos, diseñadores, arquitectos …).  El resultado, disruptivo y muy sensorial pero con el pan como protagonista. Esperamos que los comensales disfrutaran de la experiencia. Gracias a Elsa Yranzo por hacerlo posible.

La libertad de crear nuevos panes para encargos especiales tiene este reto también, que la nueva receta salga y su sabor sea excepcional, por que es verdad lo de que los clientes son cada vez más exigentes 🙂

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